Diabetes insípida: más allá de la sed excesiva y la micción frecuente
- Dra. Paola Jervis Solines
- 28 ago
- 4 Min. de lectura

Diabetes insípida: más allá de la sed excesiva y la micción frecuente
Cuando escuchamos la palabra “diabetes”, lo primero que viene a la mente es la diabetes mellitus, caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre. Sin embargo, existe otra enfermedad menos conocida llamada diabetes insípida, que no está relacionada directamente con la glucosa, sino con un trastorno en la regulación del agua en el organismo. Esta patología es rara, pero su impacto en la calidad de vida puede ser significativo si no se diagnostica y trata adecuadamente
.
La diabetes insípida (DI) se manifiesta por una incapacidad del cuerpo para concentrar la orina debido a la deficiencia o resistencia a la hormona antidiurética (ADH), también llamada vasopresina. Como resultado, los pacientes presentan poliuria (excesiva producción de orina diluida) y polidipsia (sed intensa y consumo exagerado de líquidos). Aunque estos síntomas pueden parecer simples, detrás de ellos se esconde un complejo problema endocrinológico que puede estar asociado a lesiones cerebrales, tumores hipotalámicos o mutaciones genéticas.
¿Qué es la diabetes insípida?
La diabetes insípida es un trastorno endocrino caracterizado por la incapacidad del organismo para conservar agua, lo que provoca la producción de grandes volúmenes de orina diluida y una sed intensa. Se diferencia de la diabetes mellitus porque en la DI los niveles de glucosa en sangre y orina suelen ser normales.
El origen de esta enfermedad está relacionado con la hormona antidiurética (ADH), producida en el hipotálamo y liberada por la hipófisis posterior. Su función principal es regular la cantidad de agua que los riñones reabsorben. Cuando existe una deficiencia en la producción de ADH o una resistencia a su acción en los riñones, se desarrolla el cuadro característico de la diabetes insípida.
Tipos de diabetes insípida
Diabetes insípida central
Es la forma más común y ocurre cuando el organismo no produce suficiente ADH. Puede ser consecuencia de tumores hipotalámicos o hipofisarios, traumatismos craneales, cirugías en la región hipotalámico-hipofisaria, infecciones del sistema nervioso central o enfermedades autoinmunes que destruyen las células productoras de ADH.
Diabetes insípida nefrogénica
En este tipo, la producción de ADH es normal, pero los riñones no responden adecuadamente a la hormona. Puede ser hereditaria (mutaciones en los genes AVPR2 o AQP2) o adquirida, asociada a enfermedades como insuficiencia renal crónica, hipercalcemia, hipopotasemia o por el uso de ciertos fármacos, como el litio.
Diabetes insípida gestacional
Se presenta durante el embarazo debido a la producción de una enzima placentaria llamada vasopresinasa, que degrada la ADH. Aunque suele ser temporal, requiere vigilancia estrecha, ya que puede complicar la salud materna y fetal.
Polidipsia primaria
No siempre se considera una diabetes insípida verdadera, pero se incluye dentro del diagnóstico diferencial. Aquí, el exceso de ingesta de agua, muchas veces por causas psiquiátricas, reduce la concentración plasmática de sodio y genera síntomas similares a la DI.
Síntomas característicos
El síntoma más evidente es la poliuria, con una producción de orina que puede alcanzar entre 3 y 20 litros al día, dependiendo de la severidad. Esta orina es muy diluida, casi incolora, y obliga al paciente a beber agua constantemente para evitar la deshidratación.
Otros síntomas comunes incluyen:
Polidipsia: sed intensa y necesidad de ingerir agua de forma continua, incluso por la noche.
Nicturia: necesidad de levantarse varias veces durante la noche a orinar.
Fatiga y debilidad: por alteraciones en el sueño y deshidratación crónica.
Deshidratación severa: si la ingesta de agua no compensa la pérdida urinaria, se produce sequedad de mucosas, piel reseca, hipotensión y taquicardia.
Retraso en el crecimiento en niños: cuando la enfermedad es crónica y no se trata.
Diagnóstico de la diabetes insípida
El diagnóstico se basa en la historia clínica, los síntomas y pruebas específicas.
Pruebas de laboratorio: muestran orina con baja osmolaridad y densidad, junto con sodio sérico elevado si hay deshidratación.
Prueba de privación de agua: mide la capacidad del organismo para concentrar la orina en ausencia de ingesta de líquidos.
Prueba con desmopresina (DDAVP): permite diferenciar entre la DI central y la nefrogénica, ya que en la central la respuesta es positiva con disminución de la poliuria.
Resonancia magnética cerebral: útil para detectar lesiones hipotalámicas o hipofisarias.
Estudios genéticos: en casos familiares o de sospecha de mutaciones hereditarias.
Tratamiento de la diabetes insípida
La terapia de elección es la administración de desmopresina (DDAVP), un análogo sintético de la ADH que puede darse en forma oral, intranasal o parenteral. Su uso logra un control eficaz de los síntomas y mejora la calidad de vida de los pacientes.
Tratamiento de la DI nefrogénica
En este caso, la desmopresina no es eficaz porque los riñones son resistentes a la ADH. El tratamiento se enfoca en reducir la poliuria con medidas como:
Dieta baja en sal y proteínas.
Hidratación adecuada.
Uso de fármacos como diuréticos tiazídicos y antiinflamatorios no esteroideos (indometacina).
Manejo en la DI gestacional
Suele ser transitoria y responde bien al uso de desmopresina, ya que esta no es degradada por la vasopresinasa placentaria.
Manejo de la polidipsia primaria
El tratamiento depende de la causa subyacente, principalmente el abordaje de los trastornos psiquiátricos o de conducta.
Complicaciones de la diabetes insípida
Si no se diagnostica ni se trata, la DI puede llevar a complicaciones serias:
Deshidratación grave con riesgo vital.
Hipernatremia (niveles altos de sodio en sangre) que pueden provocar confusión, convulsiones e incluso coma.
Alteraciones renales crónicas debido a la sobrecarga funcional.
Afectaciones emocionales por la constante necesidad de orinar y beber agua, lo que limita la vida social y laboral.
Pronóstico y calidad de vida
Con un diagnóstico temprano y tratamiento adecuado, los pacientes con diabetes insípida pueden llevar una vida prácticamente normal. Sin embargo, requiere seguimiento endocrinológico de por vida y una estricta adherencia al tratamiento, ya que la suspensión del mismo puede generar deshidratación aguda y complicaciones graves.
La diabetes insípida es una enfermedad poco frecuente, pero con gran impacto en la calidad de vida. Va mucho más allá de la sed excesiva y la micción frecuente: representa un desequilibrio hormonal complejo que puede tener múltiples causas. Identificar sus síntomas, realizar un diagnóstico correcto y recibir un tratamiento oportuno es fundamental para prevenir complicaciones potencialmente graves. Si presentas sed constante y necesidad de orinar en exceso, consulta a un endocrinólogo para descartar esta condición y recibir el manejo adecuado.
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