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Cáncer de Tiroides en Ecuador: Crecimiento Alarmante y Prevención Oportuna

  • Foto del escritor: Dra. Paola Jervis Endocrinóloga
    Dra. Paola Jervis Endocrinóloga
  • 30 may
  • 4 Min. de lectura

El cáncer de tiroides es un tipo de tumor que se forma en las células de la glándula tiroides, ubicada en la parte anterior del cuello. Esta glándula, con forma de mariposa, produce hormonas que regulan el metabolismo, el ritmo cardiaco, la temperatura corporal y muchas otras funciones vitales. Aunque en muchos casos el cáncer de tiroides tiene un pronóstico favorable, no deja de ser una condición grave que requiere atención temprana.


En las últimas dos décadas, la incidencia de cáncer de tiroides ha aumentado significativamente en el mundo y Ecuador no es la excepción. Estudios realizados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y el Registro Nacional de Tumores revelan un aumento anual de diagnósticos, especialmente en mujeres entre los 25 y 55 años. Este incremento se atribuye a una mayor detección gracias al uso extendido de ecografías, pero también podría reflejar cambios ambientales y hormonales.

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 Tipos de cáncer de tiroides y su comportamiento

Existen varios tipos de cáncer tiroideo, clasificados según las células donde se originan:


  • Carcinoma papilar: Es el más común (80-85%). Tiene crecimiento lento y buen pronóstico.

  • Carcinoma folicular: Representa un 10-15% de los casos. Puede diseminarse a pulmones o huesos.

  • Carcinoma medular: Menos frecuente, puede estar ligado a síndromes genéticos hereditarios.

  • Carcinoma anaplásico: Muy agresivo, con mal pronóstico, pero extremadamente raro.


La mayoría de los casos detectados precozmente pueden ser tratados con éxito, pero es fundamental un diagnóstico certero y seguimiento continuo.


Causas y factores de riesgo del cáncer tiroideo

No existe una sola causa para el desarrollo de este tipo de cáncer, pero se han identificado diversos factores de riesgo:


Radiación en la infancia o adolescencia

La exposición a radiaciones ionizantes, especialmente durante etapas tempranas de la vida, se relaciona con un aumento en el riesgo de mutaciones celulares en la tiroides.


Historia familiar o condiciones genéticas

El carcinoma medular de tiroides puede estar vinculado a síndromes como la neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN 2). La historia familiar de nódulos o cáncer tiroideo también incrementa la probabilidad.


Sexo femenino y cambios hormonales

Las mujeres tienen hasta tres veces más probabilidades de desarrollar cáncer tiroideo. Se cree que las hormonas sexuales como los estrógenos influyen en la proliferación de células tiroideas.


Deficiencia o exceso de yodo

Tanto el déficit como el exceso de yodo en la dieta pueden alterar la función tiroidea y aumentar la formación de nódulos, algunos de los cuales pueden malignizarse.


Síntomas y signos de alerta

En etapas iniciales, el cáncer tiroideo puede no causar síntomas. Sin embargo, es importante prestar atención a:

  • Bulto palpable o visible en el cuello.

  • Ronquera persistente sin causa aparente.

  • Dificultad al tragar o respirar.

  • Dolor cervical sin justificación.

  • Ganglios linfáticos inflamados.

Estos síntomas también pueden aparecer en afecciones benignas, pero ante su presencia se recomienda acudir al médico para una valoración inmediata.


Diagnóstico precoz: la clave del buen pronóstico

El diagnóstico temprano permite tratamientos menos invasivos y mayores tasas de curación. Los métodos diagnósticos incluyen:

  • Ecografía tiroidea: Muestra el tamaño, forma y características de los nódulos.

  • Punción aspirativa con aguja fina (PAAF): Extrae células del nódulo para su análisis citológico.

  • Análisis de sangre: Para evaluar hormonas tiroideas (TSH, T3, T4) y marcadores como calcitonina.

  • Gammagrafía tiroidea: Valora si un nódulo es caliente (funcional) o frío (no funcional).


Importancia de los chequeos periódicos y estudios de control

En Ecuador, muchas personas acuden al médico solo cuando los síntomas son evidentes, pero en el caso del cáncer de tiroides, esto puede significar una detección tardía. Por eso es vital:

  • Realizar un chequeo anual con el endocrinólogo.

  • Solicitar ecografías si existen antecedentes familiares o factores de riesgo.

  • Monitorear nódulos ya diagnosticados.

  • Evaluar niveles hormonales periódicamente si se tiene hipotiroidismo o hipertiroidismo.


Los pacientes que ya han sido diagnosticados y tratados deben seguir controles de por vida. La posibilidad de recidiva existe, y la vigilancia permite actuar de inmediato ante cualquier cambio sospechoso.


Tratamiento del cáncer de tiroides

El abordaje terapéutico depende del tipo y estadio del cáncer. Incluye:

  • Cirugía (tiroidectomía): Extirpación parcial o total de la glándula tiroides.

  • Terapia con yodo radiactivo: Destruye tejido tiroideo remanente o metástasis.

  • Terapia hormonal sustitutiva: Para mantener niveles adecuados de hormonas y suprimir la TSH.

  • Radioterapia externa o quimioterapia: En casos avanzados o agresivos. 

La mayoría de los pacientes con carcinoma papilar o folicular tienen una excelente respuesta al tratamiento y una supervivencia cercana al 95% a 10 años.


Prevención: cómo reducir el riesgo de cáncer tiroideo

Aunque no se puede prevenir completamente, existen estrategias para disminuir el riesgo:

  • Evitar exposición innecesaria a radiación.

  • Asegurar una dieta balanceada con yodo suficiente.

  • Controlar enfermedades tiroideas preexistentes.

  • Realizar chequeos regulares, sobre todo en mujeres y personas con antecedentes familiares.

  • Estar atentos a cualquier bulto en el cuello.


Venciendo el miedo: vivir con diagnóstico de cáncer tiroideo

Recibir el diagnóstico puede ser abrumador, pero es importante saber que este tipo de cáncer, cuando se detecta a tiempo, tiene uno de los mejores pronósticos. El seguimiento con un equipo médico especializado, la adherencia al tratamiento y un estilo de vida saludable son pilares fundamentales para una buena calidad de vida.

Hablar abiertamente sobre el diagnóstico, buscar apoyo emocional y participar en grupos de pacientes también puede ser de gran ayuda. La información empodera y reduce la ansiedad.


La información salva vidas

El aumento del cáncer de tiroides en Ecuador exige acciones concretas desde el sistema de salud, las familias y los pacientes. La detección precoz, los chequeos regulares y la educación comunitaria son claves para cambiar el rumbo. Consultar con un endocrinólogo, realizarse una ecografía de cuello ante cualquier señal y dar seguimiento a los tratamientos debe formar parte de una cultura de salud preventiva.

Prevenir, diagnosticar y tratar a tiempo puede marcar la diferencia entre una enfermedad controlada y una complicación grave. La tiroides no se ve, pero su impacto en la salud es inmenso.



Recuerda que yo como Especialista y Endocrinóloga en Quito, Ecuador, te invito a agendar una cita conmigo y permíteme ayudarte a mejorar tu calidad de vida




 
 
 

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Dra. Paola Jervis Solines

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